jueves, 4 de octubre de 2018

El entrenador como docente y su protagonismo en el crecimiento deportivo | Práctica 1

Este artículo tiene como objeto de estudio el Anuario de Estadísticas Deportivas 2018, aunque muchos de los datos que proporciona son de años anteriores, lo que no permite tratar algunos temas con rotunda actualidad. Obviamente el documento entero es inabarcable, por lo que pondré el foco en los entrenadores como docentes y su crecimiento como prueba de la mejora en el deporte en sí.


Desde enfoques diferentes, pues uno busca únicamente la formación y otro tiene que introducir cierta
competitividad, pero docentes y entrenadores son personas dotadas para transmitir sus conocimientos a individuos
para que estos los interioricen. Igual que uno de los principales marcadores del desarrollo de un país es la accesibilidad y la calidad de la educación, el desarrollo deportivo de cualquier disciplina deportiva viene dado por la profesionalización de aquellas personas encargadas de grupos de deportistas. Decía Heimir Hallgrimsson – entrenador de fútbol de Islandia- que la explosión de Islandia como potencia futbolística se debía a que, en un país con alrededor de 330.000 habitantes, uno de cada 500 contaban con licencia de entrenador homologada por la UEFA. Con estas palabras me dispongo a ver como se traducen en España las titulaciones de entrenador con el éxito internacional en esos deportes, porque no hay forma más precisa de analizar el desarrollo deportivo que los resultados brutos.

Lo primero que llama la atención es que los dos deportes que más demanda tienen en el puesto de entrenador, fútbol y baloncesto como era de esperar, solo permiten el acceso a estos cursos a través de la federación que regula dichos deportes. Esto significa que estas enseñanzas están privatizadas al 100% y se autorregulan sin necesidad de ayudas públicas de las que otros deporte sí necesitan. Es decir, en fútbol y baloncesto se hace más hincapié en la profesionalización, pues son dos deportes económicamente rentables.
Poniendo el foco ahora en el crecimiento/decrecimiento de entrenadores formados comparándolo con los éxitos deportivos reportados en deportes que han sufrido crecimientos o decrecimientos notables*:
• Ciclismo: Entrenadores formados – de 206 a 263/ Medallas obtenidas – de 17 a 18.
• Halterofilia: Entrenadores formados – de 216 a 401/ medallas obtenidas - de 26 a 29
• Bádminton: Entrenadores formados – de 259 a 386/ Medallas obtenidas – de 3 a 2
• Natación: Entrenadores formados – de 1447 a 1065/ Medallas obtenidas – de 28 a 9
Faltan datos para analizar otros grandes saltos en el éxito reportado, como por ejemplo en atletismo, que no registra títulos de entrenador expedidos en 2014. Llama la atención el crecimiento en cuanto a formación de entrenadores en halterofilia y bádminton, seguramente impulsados por los éxitos de Lydia Valentín y Carolina Marín respectivamente. Aunque en halterofilia sí se ha sufrido un salto abrupto en el éxito deportivo que acompañe a la formación, los datos contrariados en bádminton quizás se deban al poco asentamiento que ha tenido históricamente dicho deporte en nuestro país. Pero los datos dejan a las claras que la profesionalización del entrenamiento va de la mano del crecimiento y éxito deportivo, y que este tiene una relación de simbiosis con la aparición de talento.
*Datos cogidos del transcurso 2014-2015. Elegido este periodo porque no entran en valoración los Juegos Olímpicos de 2016, que podrían adulterar el estudio.

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